Una gran tragedia se acerca a mi vida, noto la presencia de una niebla espesa, difícil de asimilar sin caer en la depresión que invade mi alma.
Malvivo esperando mi asqueroso final, respirando a cada segundo puedo imaginarme la pena que algún día albergará mi destino, preparándome bajo diferentes formas adquiero la destreza de aquel que ha perdido todo y que, sin embargo, vive teniéndolo todo, ésa es la vida del hombre verdadero.